Luego de estar atrapados por casi una semana en un contenedor lleno de larvas en el aeropuerto de Beirut, estos tres cachorros fueron rescatados por un grupo de defensores de animales.
Su destino era un zoo en Siria. Procedentes de Ucrania, los pequeños felinos no podían no moverse, estaban hacinados, y en condiciones insalubres, pues tenían que realizar sus necesidades fisiológicas unos encima de otros.
El rescate se logró luego de interceder ante un juez en Damasco, quien ordenó la liberación de los felinos por motivos de salud y bienestar.
Al encontrar a los animales infestados de larvas en las patas y genitales, los directivos del zoo ucraniano, afirmaron que ellos cumplieron con todos los permisos y condiciones para exportar a los felinos, por otro lado, estaban declaraciones aduanales, que indicaban que los ejemplares habían sido cambiados, debido a problemas con cajas de transporte y documentación sobre el manejo del contenedor.
Jason Mier, director ejecutivo del zoo indicó que cuando el contenedor arribó no tenía ninguna documentación sobre el correcto manejo del mismo, y no cumplía con las especificaciones para el transporte de animales, y mucho menos con las reglas que indica la Convención sobre Comercio Internacional de Especies en Peligro, aún cuando los tigres siberianos se encuentran en esa categoría.